Friday, October 15, 2021

IGUALDAD [MATERIAL] Y LIBERTAD REPUBLICANA

 



La igualdad no es necesariamente un juego de suma cero, como el póquer, donde lo que gana uno lo pierde otro” [César Rendueles]


La crisis de 2008 nos trajo una serie de convulsiones sociales y el neoliberalismo, como de costumbre, criminalizó cualquier tipo de respuesta o cualquier defensa de derechos conquistados. La respuesta fueron movimientos sociales como la PAH, Jóvenes sin Futroro o incluso el 15M. Todos estos movimientos sociales representaron una ola de “aire fresco”, y el desenmascaramiento de la libertad/igualdad propugnada por el neoliberalismo. La consigna desin trabajo, sin derechos, sin miedo, reflejaba el ansia de romper cadenas y abrazar nuevos derechos sociales.

Han pasado unos cuantos años y cuando parecía que estábamos viendo la luz al final del túnel, ha llegado un “bichito” y nos ha devuelto a una caverna sombría que permite, de nuevo, el hundimiento y la erosión de derechos y sobre todo deja al descubierto las consecuencias de la ola privatizadora de décadas de neoliberalismo.

Pobreza y Desigualdades

E.O. Wright en su póstuma obra nos dice que “el capitalismo produce intrínseca y masivamente un acceso desigual a las condiciones materiales necesarias para una vida plena 1. El capital lleva consecuentemente a la desigualdad y el neoliberalismo conduce por antonomasia al anarcocapitalismo.

Desigualdad y pobreza van de la mano y además la desigualdad mata. Pero ¿qué entendemos por desigualdad?, ¿qué entendemos por pobreza?. La práctica neoliberal, con su defensa a ultranza de “individualismo posesivo” nos ha llevado a una sociedad jerárquica que ha supuesto un ataque a un ataque a las raíces de la democracia.

Alain Bihr2 nos dice que para hablar de desigualdad social han de reunirse una serie de condiciones. En primer lugar es necesario que se de una distribución desigual de los recursos sociales; es necesario también que la desigualdad encuentre su fundamento en las estructuras sociales. Y por último es necesario que dicha desigualdad haga nacer un sentimiento legítimo, o no, de injusticia.

Porque la desigualdad va ligada a la pobreza o viceversa. La realidad es que nuestras sociedades no son capaces de erradicar la pobreza ni terminar con la desigualdad social. Algunos autores (como Alain Bihr) suelen definir la pobreza como “carencia de…”. Sin embargo, la mayoría también nos adentran en el término de pobreza estructural.

El sistema actual tiene una política basada en la “culpabilización de la victima”. Ser pobre en nuestras sociedades se ha transformado en un delito que tiene como consecuencia no la inserción social sino en profundizar la desigualdad, ya que tiene como meta la “entrada de las personas excluidas en un mercado laboral completamente desigual”. Podemos definir por tanto la pobreza como “una construcción social cambiante en el tiempo y en el espacio en función de factores económicos, sociales y políticos”3

La pobreza no es algo natural, ni tampoco es un castigo (algo que nos recordaría la ética del trabajo). Es un constructo social y esta es el cimiento de la pobreza estructural. Es algo inherente al sistema económico actual. Wright añade algo más; y nos habla de opresión económica y explotación

La opresión tiene lugar cuando un grupo excluye de forma ilegítima a otro del acceso a dichos recursos. La explotación tiene lugar cuando esa exclusión del acceso a los recursos proporciona además a los propietarios la capacidad de apropiarse de los frutos del trabajo de los otros4

Por ende, la pobreza es un constructo social, consecuencia del proceso productivo y de como se concretan las relaciones de producción. Si partimos desde esta perspectiva la mirada hacia la libertad y la igualdad será completamente antagónica a lo que nos dice el gran relato neoliberal.

Egalibertad y Republicanismo

El liberalismo económico y el neoliberalismo -principalmente el de Nozick, es uno de los que realiza la mayor justificación radical de la desigualdad. Dicha defensa de la libertad conduce a debilitar el Estado y a una degradación de la democracia propugnando la “retirada” del Estado. O mejor dicho se cimentan las bases para que el Estado esté más instrumentalizado por el capital.

El neoliberalismo defiende la libertad radical del mercado que supone la crítica al Estado paternalista (del bienestar). Todos somos iguales (ante el mercado) donde aparecemos como individuos con “igual libertad”. Sin embargo, dicha libertad nos lleva a una situación de desigualdad patente. La única igualdad que se permite es la “igualdad de oportunidades”. Ahora bien dicho tipo de igualdad es un canto a la meritocracia. Es decir, desde esta perspectiva

La igualdad aceptable sería aquella que se limita a eliminar las barreras de entrada que se distorsionan los mecanismos de gratificación del esfuerzo individual. Sería una especie de control antidoping social”5

Cada cual ha de tener la recompensa que merece. Es la capacidad y el esfuerzo de cada uno. Entonces ¿qué se hace con loa personas vulnerables? ¿Puede existir una sociedad justa si no nos ocupamos de dichos seres vulnerables? Algunos pensadores liberales como J. Rawls proponen una concepción de justicia, para evitar este tipo de desigualdades. Desde la perspectiva de Rawls las sociedades son justas cuando los “más desfavorecidos” salen beneficiados; pero dicha concepción no ataca los cimientos de la sociedad. Es decir deja intacto el derecho a la propiedad y lo pone por encima de cualquier otro derecho.

Es verdad que existe una lectura “solidaria” y “progresista” de la concepción de justicia de Rawls, que no es otra que la obra de Philippe Van Parijs, que llega a propugnar un nuevo tipo de derecho: el derecho a la renta básica.

Sin embargo el derecho a la renta básica no se puede entender sin el término de egalibertad. Aquí radica el aporte del republicanismo que recoge la primera triada de la Revolución Francesa (Liberté- Egalité-Fraternité). A diferencia del liberalismo la civitas republicana6 acepta que la sociedad es conflictiva (a diferencia de la armonía liberal). Es decir, que se dan un tipo de relaciones entre la libertad y la igualdad, de tal manera que no se debe entender la libertad sin la igualdad ni la igualdad sin libertad. Existe una relación dialéctica entre estos dos términos y la fraternidad, aún más entendemos que se produce una imbricación entre los distintos términso que conforman la civitas. El problema es que la restauración sustituyó la fraternidad por la propiedad. Y tratamos de recuperar aquel tercer termino que los jacobinos recogieron como fraternidad, un término que proviene de frater. Es en esta triado donde reside el republicanismo modernos que además entiende la libertad de muy distinta manera que el liberalismo. Para este tipo de republicanismo el derecho por excelencia es el derecho a la existencia. El mismo Robespiérre en un discurso político defiende lo siguiente

¿Cuál es el primer fin de la sociedad? Mantener los derechos imprescriptibles del hombre? ¿Cuál es el primero de esos derechos? El de existir. La primera ley social es, pues, la que asegura a todos los miembros de la sociedad los medios de existir; todas las demás se subordinan a esta...”7

En la defensa del derecho a la existencia basamos la dialéctica entre la libertad e igualdad. Para ser libre “realmente” tengo que tener cubierto mi derecho a existir. La egalibertad implica una ética de la inmanencia y de la autoemancipación, libertad- igualdad, igualdad-libertad es imposible concebir la una sin la otra ya que por un lado se puede caer en la miseria y pobreza capitalista o bien por el otro podemos caer en el totalitarismo stalinista. Y la egalibertad nos puede lleva a una ciudadanía cosmopolita.

La egalibetad solo es posible con tener en el forntispicio ético y social el derecho a existir. Es decir es necesario tener cubiertas las condiciones materiales de existencia, pues sin independencia material es imposible la libertad. Por tanto desde el republicanismo la libertad sólo es poible entenderla como no- dominación. Qué podemos entender entonces por libertad. Según el republicanismo:

X es libre republicanamente (dentro de la vida social) si

a) no depende de otro particular para vivir, es decir, si tiene una existencia social autónoma garantizada, si tiene algún tipo de propiedad que le permita subsistir bien, sin tener que pedir permiso cotidianamente a otro;

b) nadie puede interferir arbitrariamente (es decir, ilícitamente o ilegalmente) en el ámbito de la existencia autónoma de X (en su propiedad)

Por tanto, nadie puede ser un ciudadano libre si depende de otro para vivir, si tiene que pedir permiso para sobrevivir cotidianamente. Lo que nos lleva a defender que en nuestras sociedades defender el derecho a la existencia se consigue exigiendo que todo ciudadano libre y activo debe de tener cubiertas las condiciones materiales poder lleva a cabo una vida digna y ser libre realmente y no de una manera “formal”.

Javier Méndez-Vigo Hernández

(Articulo a aparecer en la Revista de Conferencias Blancas de la UNED)

Doctor en Filosofía

1Erik Olin Wright, stratégies anticapitalistes pour le XXI siècle, La Découverte, París 2020, pg., 34. Existe edición española en Akal.

2Alain Bihr, Inégalité Social; en Alain Bihr et Roland Pfefferkorn, Dictionnaire des inégalités, Armand Colin, París 2014

3Albert Sales i Campos, El delito de ser pobre. Icaria, Barcelona, 2014, pg., 16

4Erok Olin Wright, El análisis de Clase de la Pobreza; en Julio Carabaña (ed.) Desigualdad y clases sociales. Un seminario en torno a Erik O. Wright, Argentaria/Visor, Madrid 1995, pgs., 133-155

5Cesar Redueles, Contra la igualdad de oportunidades. Seix Barral, Barcelona 2020, pg., 49

6Resumo aquí parte de mi tesis; ver Javier Méndez-Vigo Hernández, Renta básica y trabajo. Palibrio, Bloomington, 2013, pg., 143 y ss

7Antoni Domènech, El eclipse de la fraternidad, Crítica, Barcelona, 2003, pg., 82


Thursday, September 24, 2020

EN DEFENSA DE LA RENTA BÁSICA

 


En 2008 presentaba mi Tesis Doctoral en la Universidad de Valencia, tesis que llevaba por título Renta Básica y trabajo y dirigida por la Dra Adela Cortina que fue publicada con el mismo título en 2013 por la Editorial Palibrio. Ya fue sintomático el título, mantenerlo, pero con ello pretendía incidir en el concepto del trabajo y todo lo que significa dicho término en la Política económica del capitalismo. Pero a la vez, no podía olvidar lo que dicho término significaba para el pensamiento marxista clásico y la tergiversación de cierto economicismo de dicho término. En aquella época, las últimas obras del Lukacs (sobre todo en su Estética) ya se atisbaba lo que luego desarrollaría en su Ontología del Ser social al considerar “al trabajo como una de las categorías centrales de la Ontología del ser social”. Con dicha concepción lo que levaba a cabo no era otra cosa que la profundización de la concepción de Marx y Engels.


Pero una cosa es el trabajo como categoría ontológica y otra muy distinta es el trabajo asalariado o empleo que se desarrolla en el capitalismo. Quizás el no distinguir estos términos ha llevado al confusionismo y a la imposibilidad de salir de la “lógica productivista”. Ya en mi tesis discutía con lo dicho. Por que en dicha época (década de los 90) se produjo un debate no sólo en el márxismo sino incluso en los estamentos oficiales que pronosticaban el “fin del trabajo”. Ahora bien detrás de dicho oximorón tan sólo había una realidad: el ataque al pacto keynesiano y la transformación de sus bases. El mismo Ernest Mandel en “Marx, la crise actuelle et l'avenir du travail humain” (Revue Quatrième Internationale nº 20, mai 1986) en su debate con A. Gorz fundamentaba la falsedad de la tesis de que el proletariado iba camino de desaparecer.


Subsidio o Derecho


El “pacto keynesiano” surgido en la postguerra significó el reconocimiento de los derechos sociales y económicos que conllevaría la cogestión económica del sistema. Pacto que se concreta en lo que filosofía política conocemos como Estado del Bienestar que, como dice Francisco Ramos, tiene “tres objetivos: a) la intervención estatal en economía para mantener el pleno empleo; b) la provisión pública de una serie de servicios universales; y c) responsabilidad estatal en el mantenimiento de un nivel mínimo de vida”. En suma el pacto conllevaba el “salario indirecto o diferido”, que permitía conseguir el pleno empleo y daba un colchón a la fuerza de paro ante la posibilidad de un “paro técnico”.


Pacto que iba a romperse de una manera “unilateral”. El Estado de Bienestar va a entrar en crisis y a recibir sus primeras críticas. En 1973 aparece la “crisis del petroleo” que inicia el cambio de paradigma; ya se pide a los trabajadores que rebajen sus postulados. Es el tiempo en el que aparece un nuevo término: la Austeridad; término que por un lado el Eurocomunismo (en particular E. Belinguer) y, por otro, la socialdemocracia alemana ponen en boga, con aquella famosa frase del canciller alemán “apretémonos lo cinturones par poder tener la posiblidad de a la salida de la crisis de recoger las migajas del sistema capitalista. Ahora bien, la historia iba a ser muy distinta ya que en la década de los 80 toman el gobierno en Inglaterra y en EEUU una nueva ideología, que no es otra que la del neoliberalismo. Al grito de “no hay alternativa” comenzaba el asalto al Estado del Bienestar. Había que terminar con los derechos socioeconómicos. Algo que en la década de los noventa se afianzaría con la derrota del stalinismo.



El neoliberalismo comienza con algo fundamental: terminar con el salario diferido. El neoliberalismo se basa en un “darwinismo social” y en un cierto “malthusianismo; ambas se cimentan en una concepción antropológica del hombre que proviene de Hobbes. Lo único que importa es el ndividuo, principalmente el individualismo posesivo; lo que hoy día conocemos como el homo economicus Un individualismo egoista que se basa en sus propios intereses y que “compite” en el mercado. Y aquél que fracasa en dicha competición no debe ser ayudado. De ahí a la criminalización del fracasado no hay más que un paso. Ese individuo que ha recurrido al Estado se convierte en un vago que vive a expensa del esfuerzo de los demás. Esto obstaculiza al libre mercado, lo mismo que todo aquello o aquella sustitución que permite la aparición de una colectividad que ayude a ese individuo. De hecho esta política reduce la sociedad a individuos que han de ser “libres e iguales”. Por conisguiente, los derechos sociales no son naturales (contrariamente a los políticos), tendriamos que volver a lo natural. Ahora bién ¿qué es el salario diferido? Aquello que permitía al obrero un “receso”, un “descanso” entre crisis y crisis para volver a trabajar, a tener un empleo. Pero esto paara el neoliberalismo es hacer trampas al solitario. Un solitario que hace que el “trabajado” vaya con una cierta ventaja al mercado. El neoliberalismo, no podía ser de otra forma si quería triunfar, sube su trampa al altar de la libertad. Y como esta ventaja “no es” natural pues tergiversa la “libertad” del mercado, ha legislado durante estos años para que el contrato que se da en el mercado sea cada vez más libre. Aunque esa “libertad-igualdad” desde el punto de vista de los de abajo sea asimétrica (pero profundizar en esto nos llevaría por otros derroteros distintos a lo que nos permite este artículo.


Y mientras tanto ¿cómo ha reaccionado la izquierda a nivel europeo? ¿qué politica ha llevado a cabo esa izquierda? Y no hablemos del Reino de España, que al salir de una dictadura como la franquista, construye un Estado de Bienestar débil. Los años de retrospectiva nos dan el mapa que podemos sintetizar en lo siguiente: una derechización de las políticas; hasta el punto de aceptar el mismo leguaje utilizado por el neoliberalismo. Ahí queda el “exito” de la Tercera Via (Toni Bair) que hace que el socialismo abrace el socialiberalismo


Es en este contexto como en los 80 la izquierda parlamentaria (en particular el PSF) introduzca la Renta Mínima de Inserción (RMI). La RMI es la salida socialdemócrata al asalto al Estado de Bienestar, llevado a cabo por los gobiernos neoliberales a nivle europeo, y que pretende dar una salida “gestionada” a la aparición de la pobreza en eun momento en que ya se divisiba lo que hoy dia se conoce como exclusión social. La RMI se enmarcaba en la crisis estructural del sistema del último cuarto siglo, ya que la política neoliberal durante estos cuarenta años, ya en el primer tercio del siglo XXI da un paso más en la precarización del trabajo y de la vida.


A partir de los 90 los partidos socialdemócratas y también los conservadores se dedican a propugnar este tipo de subsidio, Las distintas Autonomías del Reino de España han seguido el ejemplo francés instaurado en los 80 y que sigue el modelo de algunos gobierno socialdemócratas de la década anterior.

Las RMI nacen pues para combatir la pobreza (establecida como derecho subjetivo para las personas aquejadas de pobreza extrema y carentes de derecho a percibir una prestación económica que garantizara un mínimo vital). Pero entonces ¿cuáles son las carácterísticas de las RMI? Las podemos sintetizar en las siguientes:

-Se trata de subsidios diferenciales o complementrios que elevan los ingresos propios de las personas a un mínimo establecido por cada CCAA

- Los receptores de dichas ayudas son la unidades familiares o unidades económicas de convivencia

- Requieren la demostración de necesidad y la comprobación de necesidad y medios

- Requieren un período que oscila entre 2 y 3 años de empadronamiento según unas y otras CCAA

- Incorporan de forma expresa los llamados dispositivos de inserción conocidos como los itinerarios o contrato de contraprestación.


Diversos pensadores. Como Daniel Raventós- consideran que las RMI no superan una serie de “trampas” y al final se convierten en meros parches. Quisiera añadir algo: por un lado dicha concepción continua presa de la “lógica productivista” del capitalismo; por otro, confunde trabajo con empleo asalariado, con lo que en última instancia convierten u derecho (derecho a trabajar) en un deber (deber a trabajar) y ponen los fundamentos del workfare.



La lucha por un nuevo derecho: La Renta Básica


Philippe Van Parijs en una entrevista realizada en la Revista Mouvements n.º 73 nos dice que “es la emergencia en proponer una solución al paro que sea ecológicamente responsable” lo que le lleva ya en 1982 al ecologismo y a proponer en este contexto el derecho a la Renta Básica. Y años después en 1988 se publica en Zona Abierta el primer artículo de Van Parijs en España que lleva por título “Una Vía capitalista al comunismo donde nos dice: “Consecuentemente, si se quiere llegar al comunismo desde una sociedad capitalista, ha de hacerse aumentando todo lo posible la renta garantizada en forma de un subsidio universal”. En esta primera definición se le da el nombre de Asignación Universal.


La propuesta aparece para solucionar el problema de la pobreza que conlleva el paro de masas y la posibilidad real de la exclusión. Hay que tener en cuenta también el contexto en que se realiza dicha propuesta. Al comienzo del “Asalto al Estado de Bienestar por parte del neoliberalismo. Por otro lado, la propuesta aparece ante el hecho de que las RMI no superan la “trampa de la pobreza” ya que:


-Las RMI no son un derecho sino un subsidio que se otorga a la familia

- No son un derecho Universal, ya que no todos los ciudadanos pueden beneficiarse del mismo, sino únicamente las familias pobres

- No son incondicionales, ya que su concesión está sujeta al compromiso de inserción en el mercado de trabajo

- Introducen un coste social, en términos de control y un coste económico muy elevado en términos de administración burocrática.



La Renta Básica es un “derecho” de ciudadanía. La Renta Básica “es un ingreso pagado por el Estado a cada miembro de pleno derecho de la sociedad o residente, incluso si no quiere trabajr de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre, o dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta, sin importar con quien conviva

Partiendo de esta definición podemos afirmar que la Renta Básica si es un derecho qe puede servir para erradicar la pobreza, que nos ayuda a conseguir una libertad real ( yno solamente formal), que nos convierte en autónomos. Es decir, nos ayuda a “no depender de nadie” para vivir. Por tanto puede tener una serie de ventajas : mayor seguridad, una seguridad económica que reside en saberse acreedor de una renta que garantiza las necesidades básicas; mejor distribución de la renta, pues permite una redistribución de la renta más equitativa, mejorando la situación de los más desfavorecidos; y el derecho a la reivindicación, pues da contenido a la movilización social, sobre todo en tiempos de debilidad sindical.


Como conclusión a este derecho social y político una serie de consideraciones: 1) La RB no es una propuesta religiosa como opinan algunos, salida de la Iglesia. Hay que tener en cuenta que el capitalismo se basa en la “ ética del trabajo”. En el frontispicio de “un campo de exterminio nazi” existía la siguiente leyenda: “el trabajo dignifica al hombre”. Tampoco hay que olvidar que el “Hombre nuevo” del estalinismo residía en el trabajo (del Goulag). No quiero profundizar, tan solo afirmar que todo sistema que se base en una “lógica productivista” tiene una concepción antropológica parecida. En última instancia hay que decir que la Renta Básica recoge la antorcha de aquellos revolucionarios com T. Paine o Robespièrre al defender el derecho a la existencia 2) La RB no tiene nada que ver con la teoría del “fin del trabajo” ya que hay que distinguir el trabajo que pertenece a la “esencia genérica” del ser humano de lo que significa el trabajo asalariado. Y la RB sienta los cimientos para romper con la lógica salaria (no para suponer el fin del trabajo) y para conseguir lo que Paul Lafargue defendía en su “Derecho a la pereza”. Pero lo dicho no es posible si la RB no va unida a un programa de política económica y a una de las reivicaciones clásicas del Movimiento Obrero: la Reducción del tiempo de trabajo. Por último, la RB es un instrumento de emancipación para las clases populares. No es un derecho que incite a la vagancia e históricamente ha ocurrido lo contrario en los experimentos realizados. Por ejemplo, en determinadas regiones de la India, donde el experimento consiguió que se acabara con el alcoholismo y el maltrato; al mismo tiempo se consiguió un “modelo cooperativista. Es un instrumento de emancipación ya que aumenta el nivel de negociación e independencia del Movimiento Obrero.


Javier Méndez-Vigo Hernández

Doctor en Filosofía

Articulo publicado en la Revista electrónica Conferencias Blancas de la UNED de Vila-Real Septiembre 2020














Wednesday, September 02, 2020

RENTA BÁSICA UNIVERSAL Y DERECHOS HUMANOS

 


Artículo publicado en RESISTENCIA. La revista pgs., 110-121

https://joom.ag/s0RC


Cuando comencé a trabajar sobre la Renta Básica (RB)- a finales de los 90- pocos estudios habían publicados en el Reino de España. Incluso llamaba la atención la aparición de la propuesta y la discusión en lo que se vino a llamar el “marxismo analítico”. Dicha polémica se transcribió en un número especial de la Revista Zona Abierta (1988). En dicha Revista se publicaba una artículo de Robert J. Van der Ver y Philippe Van Parijs: “Una vía capitalista al comunismo”. En dicho articulo los autores defendían una renta garantizada compensatoria que fuera suficientemente amplia:


Por el contrario, la renta garantizada adoptaría la forma de un subsidio universal concedido incondicionalmente a todos los ciudadanos, las cosas cambiarían, sustancialmente. Dado que los ciudadanos tendrían un derecho absoluto a este subsidio, cualesquiera que fueran sus ingresos de otras fuentes, comenzarían a obtener unos ingresos netos adicionales tan pronto como realizaran cualquier trabajo, por pequeño que fuera y por mal pagado que estuviera”1


Dicho artículo abrió un extenso debate en el “marxismo analítico”. Diversos compañeros como Roemer, J. Elster, A. Przeworski o Erik Olin Wright entraron a debatir la propuesta. De aquellos, quizás el único que continuará defendiendo el Ingreso básico ( como una propuesta esencial para construir el socialismo) sería E.O. Wright, sobre todo en sus últimas obras. Mientras tanto, Van Parijs derivaba hacia el “liberalismo solidario”.


¿Adiós al Estado del Bienestar?


El Estado del Bienestar fue el paradigma de postguerra (hoy fetichizado). Mientras duró el crecimiento afianzado por una plan económico de ayuda, como fue el Plan Marshall, el capitalismo se recuperó. Recuperación que permitió el “pacto social” keynesiano mediante el cual el movimiento obrero consiguió una serie de “derechos” económico- sociales que permitieron la estabilización del capitalismo de postguerra.


Gracias a este pacto el movimiento obrero pudo acercarse a un “salario decente”, que permitía cubrir sus “necesidades básicas”. El problema es definir que entendemos por esas “necesidades básicas”. Si siguiéramos a Marx entenderíamos por estas necesidades el “mínimo del salario” que permitiera su reproducción social. Ahora bien, con el pacto keynesiano el término de necesidades básicas cambia; ya que no se refiere a la mera “reproducción de la fuerza de trabajo”. En la postguerra (y hasta la década de los setenta) se afianzan una serie de dererechos económicos y sociales. Y ya la filosofía política (en particular Rawls) basa su teoría de la justicia en la defensa de las necesidades básicas. Frente a esta fundamentación sobresale la “Escuela de Budapest”- en particular Agnes Heller, que partiendo de Marx, defiende las “necesidades radicales” dentro de la sociedad burguesa2


El Estado del Bienestar también es producto del triunfo del bloque stalinista en los países del Este de Europa. El Movimiento obrero tenía un “espejo” donde reflejarse. Y aquí encontramos otra de las posibles causas del pacto de postguerra. El pacto keynesiano permitió la cogestión de la economía en los países del Norte de Europa, lo que supuso al mismo tiempo el afianzamiento del sindicalismo de clase y una serie de derechos, como el SMI, o la escala móvil de salarios. Todo esto a cambio de que nos se “criticara” el fundamento del capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción.


El pacto keynesiano que fundamenta el Estado de Bienestar intentó entre otras cosas: reducir las desigualdades sociales y la eliminación o reducción de la pobreza. Esto no hubiera sido posible sin la “intervención del Estado” en la economía. Dicha intervención tuvo tres objetivos3: a) la intervención estatal en la economía; b) la provisión pública de una serie de servicios universales; y c) la responsabilidad estatal en el mantenimiento de un nivel mínimo de vida.


El “paraíso duró apenas 30 años”. Mayo 68 y poco después la crisis del 73 ,saca a la luz las contradicciones del capitalismo y su proceso de acumulación que lo lleva hacia el estancamiento económico. Y es a partir de la década de los 80 cuando el paradigma keynesiano comienza a dejar de predominar. El triunfo tanto de Reagan como de M. Tatcher comienza a sentar las bases de la contrarrevolución conservadora. Dicha contrarrevolución siempre tuvo muy claro que para hegemonizar tanto la vida política como económica primero había que derrotar al movimiento obrero, y el eje de dicha lucha residía en quebrar el sindicalismo de clase.


El Welfare quiebra ante el “asalto” a sus políticas sociales4. Se produce una gran ofensiva “neoliberal”para redistribuir la renta hacia las clases poseedoras para lo que según Pedro Montes “el neoliberalismo ha prestado una gran atención a la desregulación del mercado de trabajo y ha eliminado muchos de los derechos históricos que regían las relaciones sociales. Para llevar a cabo lo dicho, entre otras cosas, había que “individualizar” a la fuerza de trabajo y quebrar la “relación salarial”. Se produce una total redistribución de la renta, ¿cómo?:


La progresividad del sistema impositivo, que caracterizó y permitió la construcción del Estado del Bienestar, se ha transformado bajo el neoliberalismo en regresividad. Por medio de suscesivos y continuos cambios, se ha introducido en muchos países una contrarreforma fiscal dirigida a rebajar impuestos y variar su composición, tratando de que los impuestos indirectos cobren primacía sobre los directos”5


Dicho régimen neoliberal supone una ruptura unilateral del consenso de postguerra con el objetivo de someter a las clases subalternas. Por esto mismo fue necesario que consiguiera la “hegemonía” política y cultural, para lo que fue necesario quebrar ideológicamente a dichas clases subalternas. Hegemonía que permitiría deshacer las relaciones sociales existentes en el pacto keynesiano. Por tanto la defensa del mercado fue algo fundamental para cambiar la relación salarial. A partir de lo dicho, frente al Welfar, lo que pretendieron fue la institucionalización del workfare. Francisco Ramos distingue 6 medidas que permitieron esto, destacaré dos: la restauración de la ética del trabajo, que supone el disciplinar el trabajo creando la disciplina labora y reducir el coste de la política social y de empleo. ¿Que supone esta última? Quitar el obstáculo sindical que permite la negociación colectiva y al mismo tiempo el “derecho al paro”. Pero al mismo tiempo rebajar costes de la fuerza de trabajo supone bajar salarios para conseguir una mayor disciplina laboral. ¿Cómo hacerlo? En principio atacando el salario diferido de los trabajadores. Llevar a cabo lo expuesto trae como consecuencia un sistema de bajos salarios, de pobreza y de paro de masas


Hay tres fechas que son fundamentales:el Acta Única de 1985, la Libertad de circulación de mercancías y capitales de 1993 y la firma del Tratado de Mastricht de 1992; que asientan la nueva política económica. Tres fechas con las que “se asume con claridad, que ya nunca volveríamos a conocer sociedades de plenos empleo (si es que alguna vez las hubo)”.


Una de las consecuencias principales de dicha política era la de culpabilizar y criminalizar la situación de la fuerza del trabajo ( perdón, capital humano, por utilizar los términos de la neolengua neoliberal); el trabajador en paro era “un vago” que no arriesgaba y, por consiguiente, hay que quitarle derechos, para que como “hombre libre” fuera al mercado a arriesgarse tal y como lo hace el capitalista.


¿Qué política ante este cambio de paradigma de política económica? ¿Qué política social ante este ataque frontal a los derechos económicos y sociales?. La política de la socialdemocracia (en su largo camino hacia el social-liberalismo) fue una política “defensiva” basada en la implementación de subsidios frente a una política basada en los derechos sociales. Y tal política se concentra en lo que hemos conocido como Rentas Minimas de Insercción (RMI)


Por tanto la RMI es una salida socialdemócrata en el momento en que el asalto al Estado del Bienestar por parte del neoliberalismo está triunfando, y con ella se pretendía gestionar la crisis. El problema residía en por primera ven en Europa se veía el “rostro de la pobreza” y comenzaba a atisbarse lo que hoy se conoce como exclusión social. Por tanto la RMIse enmarcaba dentro de la “crisis estructural” del sistema capitalista en el último cuarto del Siglo XX. Pero entonces ¿cuál era la naturaleza de la RMI?. Chantal Euzeby6 distinguía tres


a) es un derecho a disponer de un mínimo de recursos para toda persona (o matrimonio) en estado de necesidad.

b) es un derecho subsidiario en el sentido que no interviene más que después de la ejecución del derecho a otras prestaciones sociales y a las reclamaciones alimentaria hacia el conjunto de los hijos

c) es un derecho condicional en la medida en que está vinculado a la aceptación de actividades de inserción social o profesional.


Esta propuesta que aparece en Francia en 1988 y que un año después la UE recomienda que los demás gobiernos la tomen como referencia. Es a lo largo de la década de los 90 cuando la RMI se implanta en el Reino de España, con la salvedad de que en nuestro contexto son concebidas como “Ayudas de Emergencia Social” que obligan a una contraprestación. Y por otra parte en España va a depender de cada autonomía7.


Será la Comunidad Autónoma Vasca la que en 1989, con un Plan Integral de Lucha contra la Pobreza, introduce una Renta que se aproxima a la RB y que denominó Carta Social, mediante la que se implementa la RMI, que actualmente recibe el nombre de Renta de Garantía de Ingresos (RGI). Pero el problema en España es precisamente que que todo dependerá de la buena voluntad (política) de cada Comunidad. Por otra parte, determinas comunidades profundizan en la confusión, al asimilar este subsidio a la Renta Básica. Sin embargo, existe un primera diferencia que nunca se debería olvidar: mientras que la RMI es un subsidio, la RB es un derecho.


Van Parijs lo que pretende en este contesto es maximizar la RMI para salvar la “solidaridad” y afianzar el Estado del Bienestar; ya que considera que las RMI no superan dos tipos de “trampas”. Por esto mismo considera que “la restauración del derecho al trabajo pasa hoy por la instauración de un de un derecho al no- trabajo; que una renta liberada de todo vínculo con el empleo permitiría satisfacer mucho mejor que hoy el principio “ A cada uno según su trabajo”8. Por esto parte de la concepción rawlsian de justicia, ya que considera que lo importante es la redistribución de la riqueza. Considera que hasta este momento (de´cada de los 90) lo único que ha habido por parte de la izquierda es una “lucha defensiva”, cuando de lo que se trata es de maximizar la redistribución masiva para que salgan beneficiados los “más desfavorecidos”9.

La propuesta que busca es la instauración del derecho a una renta de ciudadanía, es decir a la Renta básica. Van Parijs recurre al pensador y revolucionario americano Thomás Paine para fundamentar la equidad y defender la incondicionalidad del nuevo derecho (asignación, ingreso o renta). Por consiguiente a la “seguridad asistencial” del Estado del Bienestar que él considera un tipo de solidaridad débil, pretende que con la Renta Básica afianzar un nuevo pilar en el Estado del Bienestar que nos lleve a un “Estado social”. Y define este derecho de la siguiente forma

Por “asignación universal”, entendemos aquí una renta vertida por una comunidad política a todos sus miembros, sobre la base individual, sin control de los recursos ni exigencia de contra partida10

Por tanto la propuesta de la RB desde la perspectiva de “liberalismo solidario” significa construir el Estado del Bienestar con un nuevo pilar capaz de acabar con la pobreza y con el paro de masas, que en la década de los 90 estaba minando nuestras sociedades occidentales un para que ya había dejado de ser cíclico para convertirse en estructural. Pero además la RB supera las dos trampas en las que caen los “subsidios condicionados”, como son la trampa del paro y la trampa de la pobreza

El Derecho a la Existencia: La RBUI

Derecho es un término ambiguo, pues tiene varios significados y que incluso ha llegado a utilizarse de forma interesada. Si nos vamos al diccionario de la RAE nos encontramos con la siguiente definición: “conjunto de principios, normas, costumbres y concepciones y jurisprudencia y de la comunidad jurídica, de los que se derivan las reglas de ordenación de la sociedad…” El derecho es la positivización de las reglas, pero entonces ¿que tiene que ver esto con los Derechos Humanos?. Volvamos a la RAE: “conjunto de los derechos inherentes a todas las personas derivados de su propia naturaleza, en cuanto el hombre es un ser intrísecamente social que les permiten el libre desarrollo de su personalidad

Por tanto, la definición del término de derecho humano es lo suficientemente amplia, pero al mismo tiempo puede ser un “cajón de sastre” ya ¿todas la personas son sujeto de derechos? ¿ tienen los mismo derechos inherentes? Además ¿en qué consiste el libre desarrollo? Dependiendo como contestemos a estas preguntas estaremos dentro de una perspectiva o de otra. Podríamos continuar haciéndonos otras preguntas ad infinitum como por ejemplo, ¿son eternos y naturales o más bien históricos los derechos? Quizás todo este confusionismo se deba, siguiendo a Maria Eugenia Rodriguez Palop a que

la expresión derechos humanos recoge, por un lado, ciertos elementos de moralidad que, debiéndose trasladar al Derecho positivo, aún no han sido justificados y, por otro, recoge también aquellos derechos que han sido reconocidos en las declaraciones y convenios internacionales de más amplio alcance, empenzando por la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Pactos que la desarrollan”11

El mundo de los derechos es un “mundo abierto”. ¿Que queremos decir con esto? En primer lugar que los derechos no son “entes ideales” , sino productos históricos. Son resultado de conflictos y luchas sociales “que se despolitizan en el momento en que se juridifican”. Esto tiene el problema de que se convierte en “constituyentes” y se trasforman en algo abstracto con todo lo que ello implica. Pues entre otras consecuencias pierden su contenido político al igualarlos jurídicamente.

¿Por qué afirmamos que la RB es un derecho de ciudadanía? Para explicitar lo dicho tendríamos que volver al término de ciudadanía y en qué se base la misma. Ya desde los inicios del capitalismo ciudadanía va ligada al “trabajo”. Por tanto al “derecho al trabajo” Ahora bien el derecho al trabajo pertenece al grupos de los “derechos de creencia”. El liberalismo distingue entre derechos- libertades y derechos de creencia. Y por los primeros va a entender:

Los derechos proclamados en 1789 eran por tanto derechos- libertades que definían para el individuo las posibilidades intelectuales ( libertad de prensa, libertad de expresión, libertad de culto..) o físicas (libertad del trabajo, libertad del comercio, libertad de reunión...)”12

Los derechos de creencia comienzan a aparecer a partir de la Revolución de 1848, con la lucha de nuevas clases sociales. De aquí la crítica a los Derechos del Hombre por parte del socialismo y del republicanismo, fundamentalmente de K. Marx, porque dicha concepción liberal de los derechos del hombre tienen una base material: la defensa de la propiedad privada basada en la mercantilización de una nueva mercancía, esencial para el capitalismo, que es la fuerza del trabajo. Al aceptar la “propiedad inalienable” el liberalismo supedita todos los demás derechos a la defensa de la misma. Olvidándose de otro derecho fundamental como es el derecho a la existencia.

Hay que tener en cuenta de que nuestra “modernidad” tiene uno de sus hitos en 1789 cuando los revolucionarios franceses introducen la siguiente identidad: Hombre= Ciudadano; es decir que convierten al ser humano en sujeto de derechos. Es la época en que la Constitución Republicana institucionaliza la triada Liberté- Egalité- Fraternité. Sin embargo hay que tener en cuenta que esto cambia con el triunfo de la contrarrevolución thermidoriana que transforma dicha triada en su contraria: Liberté- Egalité- Propieté.

La primera triada supone lo que desde una perspectiva marxista se concibe como “emancipación política” ya que afirma la igualdad ciudadana. Ahora bien, al triunfar la segunda triada se afianza la concepción de que la democracia debe estar enraizada an la libertad personal, pero concibiendo al individuo como un ente privado. Con el triunfo de esta triada pierde su sentido el termino de fraternidad, que inclinaba la balanza desde el lado de la igualdad. Por tanto se abandona un concepto de libertada anclada en aquella y basada en la solidaridad. Y con la defensa de la propiedad privada se pone en acento en la libertad individual en detrimento de la igualdad13

a) El derecho a la existencia

Desde una perspectiva republicana y marxista se coincide en la defensa del derecho a la existencia. Sin cubrir las necesidades básicas o las condiciones materiales del individuo no se puede hablar de libertad ni de igualdad. De ahí que las lucha por la RB se afiancen a partir de la libertad y la igual. Una libertad que no sea formal sino real. Por otra parte la concepción de la libertad republicana se separa del liberalismo al cimentarla en la independencia y en la no- dominación. Ambas concepciones, la liberal como la republicana parten de pensadores revolucionarios.

Tanto Thomas Paine como Robespierre criticaron la “expropiación forzosa” de nativos (indios) o campesinos y proponen limites a la propiedad. En 1790 la fraternidad va ligada a la república: “la plena incorporación a una sociedad civil republicana de libres e iguales de quienes vivían por sus manos, del pueblo llano del viejo régimen europeo”14 El pueblo (los de abajo) entran en la historia, pero dentro del pueblo también nos encontramos a las clases medias burguesas. A partir de aquí se va a abrir un debate que lleva a una lucha dentro de la Asamblea que al final aprobó la distinción entre ciudadanos activos (ricos, con derecho a sufragio) y ciudadanos pasivos (los pobres, privados de sufragio). Y por último la Asamblea propicia el derecho a la propiedad. Por consiguiente se produce un enfrentamiento que lleva a la escisión dentro del Tercer Estado. Frente a esto ¿que debe hacer la Revolución? Aquí la fracción de Robespierre da con la solución: garantizar a todos el derecho a la existencia

Robespierre ya en 1793 es plenamente consecuente de que la República debe “garantizar la existencia” a todos:

¿Cuál es el primer fin de la sociedad? Mantener los derechos imprescriptibles del hombre. ¿Cuál es el primero de estos derechos? El de existir. La primera ley social es, pues, la que asegura a todos los miembros de la sociedad los medios de existir, todas las demás se subordinan a ésta; la propiedad no ha sido instituida, ni ha sido garantizada, sino para cimentar aquella ley; es por lo pronto para vivir que se tiene que tener propiedades. Y no es verdad que la propiedad pueda jamás estar en oposición con la subsistencia de los hombres”15

b) RB y ciudadanía

Nuestras sociedades se cimentan en la ciudadanía y esta a su vez va ligada al “derecho al trabajo”. Pero no podemos olvidar que el término de ciudadanía tiene su propia dialéctica que a lo largo de la historia ha llevado a conflictos a lo largo del siglo XX y del siglo XXI.

A raíz del boom de los años de postguerra (pacto keynesiano) se nos dijo que pasábamos desde una ciudadanía económica a una ciudadanía social y que el siguiente paso sería la ciudadanía cosmopolita16 La “ciudadanía social” se basaba en una política del “pleno empleo” y en la conquista de los “derechos sociales”. Pero al mismo tiempo dicha ciudadanía conlleva una serie de límites como son la relación entre ciudadanía y exclusión social y la de la relación entre ciudadanía y conflicto civil17

A partir de la crisis del 73 todo el panorama cambia pues desaparece el pleno empleo y se estabiliza lo que conocemos como paro de masas. El paro se convierte en algo estructural al sistema. Y ya no basta tener empleo para convertirte en ciudadano. Pues el paro de masa lleva a la exclusión social y al desprecio. Se produce una mutación del trabajo18

En este contexto en el que el pleno empleo (si alguna vez existió) ya no volverá es en el que aparece la RB, que podemos entender en el sentido liberal (de apuntalar el Estado Liberal) o bien en el sentido republicano (como instrumento de emancipación de las clases populares). Por tanto qué entendemos como RB

La Renta Básica es un ingreso pagado por el estado a cada miembro de pleno derecho de la sociedad o residente, incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre, o dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta y sin importar con quien conviva”19

La concepción republicana que es la que parte D. Raventós (y que asumimos) parte de una concepción de libertad “vinculada” a la propiedad. Tanto el republicanismo oligarquico como el democrático parten del hecho de que alguien es libre si es independiente. Independencia económica por tanto el pobre no puede ser libre. Por consiguiente el republicanismo democrático se halla comprometido con la libertad como no- dominación. La dominación es la falta de libertad y esto afecta a los grupos sociales menos favorecidos. Existe, gracias a la dominación, una dependencia civil de los no propietarios de los ricos.

Desde el republicanismo es necesario la “universalización” de la (condición de) propiedad20, para lo que es necesario una libertad real y que no sea meramente formal. Y dicha libertad real es la que se define como “no- dominación”. Desde el republicanismo democrático por libertad podemos entender lo siguiente

X es libre republicanamente (dentro de la vida social) si

a) no depende de otro particular para vivir, es decir, si tiene una existencia social autónoma garantizada, si tiene algún tipo de propiedad que le permita subsistir bien, sin tener que pedir permiso cotidianamente a otro;

b) nadie puede interferir arbitrariamente (es decir, ilícitamente o ilegalmente) en el ámbito de la existencia social autónoma de X (en su propiedad)”21

Para el republicanismo como vemos la libertad va vinculada a las condiciones materiales de existencia. El derecho a la existencia es prioritario; esto entra en contradicción con las tesis del liberalismo económico e incluso, diríamos, también con el sistema económico capitalista22

El ser humano vive de cubrir sus necesidades. Ahora bien, ¿cuáles son dichas necesidades?, ¿qué es necesario para cubrirlas? Siempre hemos entendido en las sociedades occidentales que esto residía en un salario. Un salario que permitiera cubrir las “necesidades básicas” del obrero. Sin embargo, ¿en qué consisten las necesidades básicas? Pregunta no baladí, ya que Marx en sus obras de madurez y, particularmente, en El Capital lo remite a un “mínimo salario”.

Por tanto la absolutización de la propiedad es la causante de las grandes desigualdades que no permiten el desarrollo libre de los ciudadanos, y a la vez conlleva que la mayoría de los seres humanos no sean libres ya que tienen que “depender” de alguien.

Nadie puede ser ciudadano libre, activo, si tiene que “pedir permiso” para vivir, para sobrevivir cotidianamente. Y si tiene que depender de alguien puede ser despedido y engrosar las cifras del paro camino de la marginalización y de la exclusión social.. hay que tener en cuenta que para el republicanismo aquél que no tiene asegurado el “derecho a la existencia” por carecer de la propiedad (o de las condiciones materiales) no es sujeto, pues vive para los demás. De aquí la propuesta del “derecho a la renta básica”. Un derecho emergente para el siglo XXI. Ya en 2007 en Monterrey se aprobó una declaración denominada Declaración universal de derechos emergentes se afirma lo siguiente:

El derecho a la renta básica o ingreso ciudadano universal, que asegura a toda persona, con independencia de su edad, sexo, orientación sexual, estado civil, o condición laboral, el derecho a vivir en condiciones materiales de dignidad. A tal fin, se reconoce el derecho a un ingreso monetario e incondicional periódico sufragado con reformas fiscales y a cargo de los presupuestos del Estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro residente de la sociedad, independientemente de sus otras fuentes de renta, que sea adecuado para permitirle cubrir sus necesidades básicas”23

Javier Méndez-Vigo Hernández

Doctor en Filosofía

1Varios, Un salario mínimo (garantizado) para todos. Zona Abierta n.º 46/47, Madrid 1988 pg., 19-45

2Agnes Heller, Teoría de las necesidades en Marx, Ediciones Península, Barcelon 1978

3Francisco Ramos, Políticas activas de empleo y renta básica: ¿Soluciones sustitutivas o complementarias; en David Casassas y Daniel Raventós (Eds.), La Renta Básica en la era de las grandes desigualdades. Montesinos, Barcelona 2011, pgs., 137-167

4Pedro Montes, Golpe de estado al bienestar, Icaria, Barcelona 1996

5Pedro Montes, op., cit., pg., 57. Por otra parte el neoliberalismo es el capitalismo en su estado tardío y que a pesar de practicar una política restrictiva y monetarista, también practica un “keynesianismo militar”.Ver el estudio de G. Duménil/ D. Lévy, Economíe marxiste du capitalisme, La Decouverte Paris 2003

6Chantal Euzeby, Le revenu minimum garnti, La Decouverte, Paris 1991, pg., 79- 80

7Aunque no es cuestión de este artículo hay que decir, que a nivel Estatal no había ningún tipo de RMI. Cada Camunidad tenía su propia Renta. Y tan solo con la implantación del IMV (2020) no nos encontraremos con una Renta Estatal.

8 Philippe Van Parijs, Sauver la solidarité, Les Éditions du Cerf, Paris 1995, pg, 18

9Van Parijs, que se considera un liberal solidario, intenta realizar una lectura de izquierdas del Principio de Diferencia de Rawls. Para una crítica de dicho principio ver: Javier Méndez- Vigo Hernández, Una Lectura crítica del “Principio de Diferencia”, en Quaderns de Filosofia i Ciencia, XVI Congrés Valenciá de Filosofia, Valencia 2006, pgs., 293- 304

10Yannick Vanderborght,Philippe Van Parijs, L’allocation universelle, La Découverte, Paris 2005, pg., 6

11María Eugenia Rodriguez Palop, Claves para entender los nuevos derechos humanos, Catarata, Madrid 2011, pg., 23

12Luc Ferry/Alain Renaut, Philosophie politique (3). Des droits de l’homme à l’idée républicaine, PUF, Paris 1985, pg., 28

13Ver Etienne Balibar, Les frontières de la démocratie, La Découverte, Paris 1992, pgs., 124 y ss.

14Antoni Domènech, El eclipse de la fraternidad. Crítica, Barcelona 2003, pg., 74

15Antoni Domènech, op., cit., pg., 82

16Adela Cortina, Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía, Alianza Editorial, Madrid 1997

17Etienne Balibar, Ciudadanía, Adriana Hidalgo, Córdoba 2013

18En estos más de cuarenta años de neoliberalismo hemos visto distintos niveles de pobreza. Hasta alguién con empleo puede continuar siendo pobre; es lo que ha venido en denominarse trabajadores pobres, que necesitan más de un trabajo para sobrevivir. La sociedad se ha convertido en una sociedad de riesgo y se camina hacia una uberización de las sociedades.

19Daniel Raventós, Las condiciones materiales de la libertad, El Viejo Topo, Barcelona 2007, pg., 22

20David Casassas y Daniel Raventós, Propiedad y libertad republicana, en Sinpermiso n.º 2 Barcelona 2007, pgs., 35-69

21María José Bertomeu, Republicanismo y propiedad; en El Viejo Topo n.º 205-206; ver también Daniel Raventós, op., cit., pg, 70

22Sigo aquí lo dicho en Javier Méndez-Vigo, Renta básica y trabajo, Palibrio, Bloomington 2013, pg., 141 y ss.

23Daniel Raventós, La Renta Básica como derecho humano emergente y ante la crisis económica actual; en Maria Eugenia Rodriguez Palop, Ignacio Campoy Cervera, Jose Luis Reyes Perez (Editores), Desafíos actuales a los derechos humanos: La renta básica y el futuro del Estado social, Dykinson Madrid 2009, pgs, 95-106

Javier Méndez- Vigo Hernández

Doctor en Filosofía