“… Y especialmente chocante que se quiera
revitalizar ahora las rentas mínimas de inserción que han mostrado
abundantemente sus deficiencias y hay materiales acumulados al respecto” [Jordi Arcarons- Daniel Raventós- Lluis
Torrens]
Como
la “RB
no es viable ni justa” hay que volver a
las Rentas Mínimas aunque reciban otro nombre. Primero la ILP de CCOO/UGT y ahora la propuesta del
Ingreso Mínimo Vital (IMV). Atrás queda todo el auge que
cogió la propuesta de la RB, gracias
al aldabonazo de las Europeas por parte de PODEMOS.
Pero desde aquél programa hasta el actualmente propuesto por los “sabios” se ha dado un salto en el vacío,
camino de la moderación.
Se
acusa a los defensores de la RB de radicalidad, cuando lo único que
pretendemos es la instauración de un derecho
burgués: el derecho a la existencia.
Un derecho que la “burguesía
revolucionaria (Paine, Robespièrre) trataron de proporcionar.
El problema radica en que la burguesía senil y tardía actual ni quiere ni desea
proporcionarlo. ¡La conquista de un derecho no es radicalidad!, si acaso es
simplemente la lucha por la justicia
social. Sin embargo, radicalidad es el austericidio y la política de
recortes sociales que nos lleva a la miseria, pobreza e incluso a suicidio por
parte de las clases populares.
¿Por
qué hablamos de una vuelta a las Rentas Mínimas? la Reducción del Tiempo de Trabajo
. La
realidad fue que la conquista de la
“hegemonía” tanto cultural como económica y política por parte del neoliberalismo conllevó una política
económica de corte monetarista que impide de fato las políticas sociales.
Dicha
política monetarista y neoliberal “culpabiliza” al trabajador y criminaliza
cualquier movimiento social. Por eso fue una batalla decisiva y fundamental el
ataque al salario indirecto y posterior victoria de la postura monetarista. El
obrero es culpable de su situación y por consiguiente, el Estado ha de dejar de
ayudarle. Por ende, lo que en principio era viable dejó de serlo, y las RMI quedaron en nada. Y si además esta
política monetarista transfoma el mercado de trabajo haciéndolo más flexible y precario desaparece toda política social.
¿Quiere
esto decir que los defensores de la RB
estemos en contra de las Rentas Mínimas?
No, si intentan acabar con la
pobreza o si van ligadas a programas de transformación de la realidad. El
problema radica en que al ser débiles
no llegan a superar dos tipos de trampas:
la trampa del paro y la trampa de la pobreza.
En qué consiste el Ingreso Mínimo Vital (IMV)
En
un artículo publicado en El Pais (26/06/2015)
Pedro Sanchez nos dice que “Ingreso
Mínimo Vital en nada se parece a otras propuestas que plantean rentas mínimas
para todos los ciudadanos, sino que está enfocado en aquellas familias que peor
están pasando” ¡Bendito lenguaje! Si porque se confunde Renta Mínima con
RB, y digo esto ya que las RMI
(únicas existentes) nos remiten a la unidad
familiar; mientras que la RB es
la única que propugna un derecho de
ciudadanía.
Veamos
pues que es el IMV. Este sería “una
prestación por situación de necesidad: personas o familias sin ingresos que no
perciban ninguna prestación”. Cuyo montante sería de 426€, más otras prestaciones (por hijos). No es una renta sino una prestación. Y si me voy a la RAE me encuentro con la siguiente definición:
“cosa o servicio que alguien recibe o debe recibir de otra persona en virtud de
un contrato o d una obligación legal”
Cosa
muy distinta del significado de derecho y más de un derecho de ciudadanía. Por
tanto toda prestación supone una obligación. Es verdad que desde que asumió la
SG del PSOE Pedro Sanchez nunca ha
sido partidario de una RB, por
considerarla “no viable” y “no justa”. Ahora le añade el “gran rechazo social; como si esto fuera una
excusa. ¡Hasta gente de bien estuvo en contra de las sufragistas!, pero gracias a la terquedad y la lucha se pueden conseguir los derechos. Pero volvamos a nuestra
cuestión. Como la RB genera rechazo
social se nos dice que “es más útil positivo un IMV asociado a un estado claro de necesidad y condicionado a que
los beneficiarios se comprometan a
aprovechar las medidas de apoyo a salir cuanto antes de esta situación de
pobreza en la que se encuentran”
Lo
que hay detrás de todo lo dicho vuelve a ser una ética del trabajo en la que se culpabiliza (se quiera o no) al
trabajador. ¿Por qué? Porque se insta a
que se comprometa. Existe una condicionalidad más débil que la que se encuentra
en la ILP de CCOO/UGT, pero condicionalidad al fin y al cabo
El
IMV no es un derecho, supone la
vuelta a la RMI, pero con más
complemento y además no desaparece mientras existan las condiciones de pobreza.
Es la política clásica ya que no se sale de la lógica productivista, aquella que vincula renta y trabajo. Una lógica
que asimila el trabajo al trabajo
asalariado, por tanto no se avanza hacia una ruptura salarial.
Un
Derecho es algo muy distinto ya que supone
universalidad y condicionalidad. Pero además cualquier postura sea la RMI o la RB supone un programa económico detrás, cosa que parece no ser el
caso de la IMV., Me refiere a una
transformación de la fiscalidad (cogiendo de una vez este toro por los cuernos)
o a una propuesta como fue la de la RTT.
De todas formas una cosa si que es real: la IMV si que puede dar un
estoque a la pobreza; pero desde la defensa del derecho a la RB creemos que hay que ir más allá.
Pareciera
como si todavía estuviéramos presos de aquél dilema que E. Fromm sintetizara en un gran libro. Existe un miedo a la libertad [la de las clases
populares]. Miedo a la libertad real que
conllevaría la consecución de un derecho a la existencia
BIBLIOGRAFÍA
Javier Méndez-Vigo, Renta básica y trabajo. Palibrio 2014
, http://javier-mendezvigo.blogspot.com.es/2015/04/es-viable-y-justa-la-rentabasica-1.html
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