* Comunicación presentada en el "CONGRESO INTERNACIONAL DE ÉTICA Y DEMOCRACIA" celebrado en Valencia.
Dicha comunicación es una base para un futuro artículo más amplio
INTRODUCCIÓN
A
finales de los 90 terminaba mi tesis de licenciatura sobre la filosofía
materialista de Diderot (dirigida por la profesora Adela Cortina). Mi camino
filosófico caminaba hacia la Metafísica y/o Ontología. Sin embargo, esto dio un
giro radical cuando mi directora de Tesina (que acabaría siendo directora de la
Tesis Doctoral) me convenció para cambiar el camino. De pronto me vi trabajando
sobre un “derecho” nuevo sobre el que sólo había publicado en el Estado español
dos libros, de Fernández Iglesias y el otro de Daniel Raventós. Este derecho no
era otro que el derecho a la Renta Básica.
Es
en los años de discusión e investigación sobre el derecho a la Renta Básica, que
aparece el artículo en El País (año
2000)de la profesora Adela Cortina sobre el término de Aporofobia ; artículo que nos permitía articular la investigación
que precisamente en aquella época dirigía la profesora Adela Cortina. Hay que
tener en cuenta que uno de los ejes de la Renta Básica radica en erradicar la
lacra de la pobreza.
Precisamente
el derecho a la Renta Básica permitía sentar las bases para acabar con la
pobreza. Hay que tener en cuenta que a partir del último tercio del siglo XX
vuelve a triunfar las coordenadas básicas de la teoría económica neoclásica.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando el pobre se siente excluido? ¿qué sucede cuando
se le invisibiliza? Por último, acaso la pobreza no es algo consustancial al
sistema económico dominante. Ya que si es así el pobre es una persona que pasa
por una experiencia de injusticia que
lo convierte en un no-ser, en invisible.
Si
seguimos a E. MARTINEZ [2002] la aporofobia “sirve para nombrar un sentimiento
confuso, y hasta ahora poco estudiado de rechazo al pobre, al desamparado, al
que carece de salidas, al que carece de medios o de recursos”
¿Por
qué la pobreza se ha convertido en la otra cara del bienestar? ¿A qué se debe
que se haya transformado en “estructural? Pensamos que un “imaginario social”
ha caído, desaparecido y ha hecho posible la pobreza estructural. Y es que la ciudadanía ha dejado de tener como
referencia el trabajo.
CIUDADANÍA Y BIENESTAR
Ciudadanía
va vinculada con la modernidad [MORENO MARQUEZ 2011]. Tal es la perspectiva
liberal social que ha permitido hasta nuestros días el nexo entre
individualidad y comunidad. Incluso para recordarlo dicha concepción proviene
del mismo Kant, como indica Adela Cortina cuando nos dice que las bases de un
Estado nacional se encuentra en una “constitución republicana que contenga la libertad, la igualdad y la independencia
de un ciudadano [CORTINA 1997, 54].
Los
derechos que se consiguen en la postguerra a partir del pacto keynesiano van a
ampliar los derechos civiles a lo social
“A partir del fin de la Segunda
Guerra Mundial, en la mayoría de los países de la Europa Occidental la extensión
y cobertura de los derechos sociales va a ampliarse sensiblemente. En un
contexto como éste toma vital importancia el empleo asalariado y más
concretamente la pauta de empleo fordista, ya que junto al nexo entre lo
individual y lo colectivo, el empleo se va a convertir en la puerta de acceso y
el garante de la dimensión social de la ciudadanía- derechos sociales-“[MORENO
MARQUEZ 2011]
Con
dicha cita constatamos que los derechos sociales nos permiten hablar de una
ciudadanía social, que ha sido el basamento del Estado de bienestar. Por otro
lado la ciudadanía social contiene límites y es contradictoria ya que “esta
figura de ciudadanía representa desde el punto de vista histórico una conquista
democrática, si bien dentro de ciertos límites” [BALIBAR, 2013, 23-14]
El
Estado de Bienestar nace por tres razones [RAMOS, 2011]: a) por la seguridad
económica, b) la reducción de la desigualdad económica y c) la eliminación o la
reducción de la pobreza. Pero para que esto ocurra el Estado debe de intervenir
para conseguir unos una serie de servicios universales y el mantenimiento de un
nivel mínimo de vida, El problema es dilucidarsi el Estado de Bienestar tal
como lo hemos conocido es un “estado justo”. Pues el Estado para cumplir con
todas estas exigencias se ha convertido en un Estado protector. Por lo dicho
habría que distinguir entre justicia y bienestar
El
pacto keynesiano de postguerra supuso
una serie de derechos y una economía basada en la cogestión; lo cual hacia que se caminara hacia una sociedad de pleno
empleo. El trabajador se encontraba en una situación “segura” donde podría ser
subsidiado en caso de caer en paro técnico.
El
caso español es fundamental para adentrarnos en la problemática actual. La
década de los ochenta es la década del afianzamiento de nuestro Estado de
Bienestar y de nuestra entrada en la Unión Europea y en el mercado
internacional. Y la entrada en la Unión Europea se realiza en medio de una
crisis económica y en el momento en que en Europa se produce una nueva
“división social del trabajo”. Pero además en la década de los 80 es cuando se
inicia en toda Europa el ataque a los derechos sociales por parte de lo que más
tarde iba a ser el neoliberalismo. El principio de dicha política económica fue
“quebrar lo que hasta entonces se conocía como salario diferido.
Para
la perspectiva neoliberal el Estado del
Bienestar sobraba ya que es un obstáculo para el mercado. Pues para el neoliberalismo “el mercado debe
convertirse en el regulador supremo del
orden social, sin interferencia ni perturbaciones de ningún tipo. El Estado
debe limitarse a desempeñar las funciones básicas de las relaciones exteriores,
la defensa y, por supuesto, el orden interno, con sus dosis necesarias de
represión. El Estado no tiene ningún papel económico que cumplir, porque todos
los problemas puede resolverlos la iniciativa privada, y porque las soluciones
que aporta el mercado son indiscutible mejores (…) La función esencial del
sector público es justamente garantizar
el libre juego de las fuerzas del mercado”[MONTES, 1996, 43]
El
Estado de Bienestar quiebra cuando las condiciones de su existencia han
periclitado y fundamentalmente porque la ciudadanía social se hizo pasiva y
dependiente de un megaestado protector y parternalista. Cuando el imaginario
social desaparece y el enemigo externo abraza el capitalismo. El vacío lo ocupa
un desempleo masivo que crea un paro de masas.
POBREZA Y EXCLUSIÓN
En
1988 la Revista Zona Abierta publica
un monográfico sobre Un salario social
mínimo (garantizado) para todos. En dicho monográfico nos encontramos con
la aportación de P. Van Parijs y Robert J. van derVeen donde proponen por
primera ve lo que hoy conocemos como Renta Básica, aunque la llaman subsidio universal
Pero si, por el contrario, la renta
garantizada adoptara la forma de un subsidio
universal, concedido incondicionalmente a todos los ciudadanos, los
ciudadanos, las cosas cambiarían sustancialmente. Dado que los ciudadanos
tendrían un derecho absoluto a este subsidio, cualesquiera que fueran sus
ingresos de otras fuentes, comenzarían a obtener unos ingresos netos
adicionales tan pronto como realizaran cualquier trabajo, por pequeño que fuera
y por mal pagado que estuviera. [VAN PARIJS, 1988]
Ph.
Van Parijs con su propuesta intenta salvar las distintas trampas por las que
pasan las Rentas Mínimas. Hay que tener en cuenta el hecho de que en Europa
para paliar la crisis implementan una política social basada en las Rentas Mínimas de Inserción (RMI). Dicha política aparece cuando el
neoliberalismo asalta los cimientos del Estado del Bienestar y comienza a
recortar derechos. Recortes que comienzan con distintas reformas que inciden en
una política de ajustes basadas ya en
aquella época en la Austeridad.
Van
Parijs veía su propuesta como un elemento fundamental para la sociedad. Así en
una entrevista llega a decir “sea en Bélgica o en Europa o en el mundo, es
necesario tener una respuesta plausible, a la vez radical y realista, al doble
desafío de la pobreza y del paro. No hay respuesta duradera a dicho desafío que
no pase por una forma de asignación universal” [VAN PARIJS, 2013]
Hay
que tener en cuenta que el neoliberalismo en aquella época comienza a
transformar el mundo del trabajo. Con la excusa ideológica de que el trabajo
estaba perdiendo su centralidad y de que nos acercábamos al “fin del trabajo”,
en la práctica desde una “contractualidad central” se desregulaba el mercado de
trabajo y se sustituía la seguridad por la “flexibilidad
en el empleo”
Desde
los distintos gobiernos neoliberales o social-liberales (en España) se sigue
esta línea que con conllevaron “distintas reformas del mercado laboral
orientadas a flexibilizar la contratación y los tiempos de trabajo, a debilitar la capacidad negociadora de los
trabajadores y de sus representantes, incluso a penalizar la actividad
sindical y el derecho de huelga” [ALÓS Y JÓDAR 2016]
El
capitalismo soluciona sus crisis mediante el paro y la pobreza. Pero partimos
de un hecho concreto que no es otro de que el desempleo es consustancial a la
economía capitalista: “la desocupación es esencial al capitalismo porque la
masa de desocupados constituye el límite
de las pretensiones salariales de los obreros ocupados. Recrear una masa de
desocupados es esencial para dividir a la clase obrera y dominarla” [SARTELLI,
2014, 298].
La
pobreza cuando se convierte en estructural deviene en patología social. Hoy cuando ya algunos economistas nos dicen que
el pleno empleo ya no volverá, que el único empleo será precario hay que buscar
nuevas salidas. Pero realmente ¿qué es la pobreza? Si seguimos a Adela Cortina
veremos que en principio
“La pobreza es carencia de los
medios necesarios para sobrevivir, pero no solo eso. En este libro adoptaremos
la caracterización de Amartya Sen, según la cual la pobreza es falta de
libertad, imposibilidad de llevar a cabo los planes de vida que una persona
tenga razones para valorar” [CORTINA, 2017, 43]
Pobreza
es “falta de”, sobre todo falta de condiciones materiales para existir. Por
tanto, la pobreza al carecer de dichas condiciones y a la falta de empleo puede
llevar a la discriminación. Por otra parte, el sistema económico en este comienzo
de siglo ha dado una vuelta de tuerca no s encontramos con el subempleo o con la figura de los trabajadores pobres, que para sobrevivir
necesitan más de un empleo. Cuando hablamos de carencia queremos expresar tres
características:
Falta
de tener: expropiación de los medios de producción y
consumo, rentas insuficientes o irregulares, ausencia de reserva de patrimonio.
Falta
de poder: ausencia de dominio sobre las condiciones
materiales e institucionales de su situación, precariedad y dependencia institucional
que resulta, fragilidad de las redes de socialización, a menudo limitadas a la
familia, ausencia de capacidad política.
Falta
de saber: no solamente descalificación escolar, sino
fundamentalmente incluso la débil capacidad de simbolizar, de construirse una
representación coherente del mundo. [BHIR Y PFEFFERKORN, 2015]
Las
políticas económicas actuales no sólo excluyen a los pobres, sino que el
neoliberalismo los criminaliza. Ser
pobre es un delito en nuestras sociedades. Sociedades en las que gracias al
trabajo precario ha aparecido las infraclases
que conlleva la persistencia de pobreza urbana y como consecuencia a la exclusión social que aparece cuando los
individuos no tienen garantizado sus derechos. Cuando una sociedad desvía lo
público a la intervención privada y por tanto desaparecen todos los programas
de ayuda pública es una sociedad enferma
La
sociedad neoliberal ha hegemonizado un lenguaje y una cultura que “ha
conseguido negar la existencia de la clase trabajadora” y utiliza la terminología
de “dentro” y “fuera” del sistema. Con lo que introduce el término de “clase
marginada” para los de fuera como “clase inferior”. Este discurso integra dos
procesos fundamentales en la estructuración social que permiten la
criminalización de la pobreza: la intensificación
del Estado penal y la disminución del
Estado social [TORRE, 2015]
La
pobreza es “falta de libertad”. ¿Es posible erradicarla? Pues erradicarla, como
dice Adela Cortina es un deber de
justicia. ¿Es posible erradicarla mediante el derecho a la Renta Básica?.
Hay que decir que la propuesta de Van Parijs nos lleva a un modelo débil. Van
Parijs, parte del principio de diferencia
de Rawls. Desde nuestra perspectiva es necesaria una concepción de la Justicia
más radical [MÉNDEZ-VIGO 2006, 293-304]
Por
nuestra parte trabajamos desde la perspectiva de un modelo fuerte de la Renta
Básica que no es otro que el republicano.
¿Qué
entendemos por Renta Básica desde el punto de vista republicano? “La RBU es una
asignación monetaria incondicional a toda población. Sin condiciones. La
diferencia fundamental con las asignaciones monetarias públicas condicionadas
que hemos conocido (rentas de inserción, subsidios a la pobreza, subsidios de
desempleo…) es que para recibir estas últimas se precisa de alguna condición:
estar en el paro, no llegar a determinado nivel de renta… La RBU es
incondicional, como el derecho al sufragio universal más allá donde existe, sin
condiciones: hombre o mujer, rico o pobre, heterosexual, católico o
ateo…”[RAVENTÓS 2015]
RENTA BASICA Y MOVIMIENTOS SOCIALES
Desde
el republicanismo no se puede hablar de ciudadanía sin tener en consideración
las condiciones materiales de los ciudadanos. Por tanto sería necesario la
“independencia material de los ciudadanos ya que “esta independencia material
otorga a los individuos el poder de
negociación para poder llevar a cabo de forma efectiva los planes de vida
propios y, de este modo, evitar la posibilidad de quedar convertido en meros
instrumentos de terceros”.[RAVENTÓS, CASASSAS, 2003]
En
última instancia Raventós parte del concepto de libertad como no- dominación que recoge del republicanismo
histórico mediante lo cual “alguien es libre si no depende de otro para vivir”
Desde el republicanismo la “ciudadanía plena no es posible sin independencia
material o sin un “control” sobre el propio conjunto de oportunidades así
concretado”[RAVENTÓS 2007, 77] Nadie puede ser libre sino tiene las condiciones
materiales de existencia. Como bien dice Adela Cortina, la pobreza es, a fin de
cuentas falta de libertad [CORTINA, 2017,129]
¿Cómo
conseguir la Renta Básica? Desconfiando del parlamentarismo ya que las veces
que ha llegado la propuesta a cualquier Parlamento dicho derecho termina
degradándose hasta quedar convertido en una Renta Garantizada o en un nuevo
tipo de subsidio. Sólo desde la sociedad
civil [MÉNDEZ-VIGO 2013, 1997 y ss] es posible sentar los cimientos para
para conquistarlo.
La
Renta Básica ha entrado de lleno en los debates de los movimientos sociales y
de la sociedad civil. Desde el 15M en las plazas se implementa una alternativa.
Dentro de dicha alternativa la Renta Básica es una propuesta más. Ya no es
cuestión de economistas de escuelas o de pensadores. La Renta Básica se
convierte en una propuesta para “democratizar la vida”. Ahora bien, la Renta
Básica no es más ni menos que un derecho, no una política económica. Un derecho
que sirve para erradicar la pobreza.
Hay
que tener en cuenta que desde la ruptura unilateral del pacto keynesiano por
parte del neoliberalismo el capitalismo ha construido un nuevo “espacio
geográfico” que ha supuesto el desmantelamiento de la protección social y del
bienestar que se une a la incapacidad del mercado de trabajo para ofrecer un
trabajo digno y salarios suficientes. Lo que se ha instaurado es el trabajo precario que al final ha
precarizado la vida. Por eso:
En este contexto, observamos en la
emergencia de la renta básica entre movimientos sociales y políticos de muy
distinta índole el intento, por parte de las clases populares desposeídas por
el giro neoliberal del capitalismo, no ya de recuperar el terreno perdido en
los últimos años, sino de superar las instituciones básicas de los regímenes
tradicionales para construir nuevos consensos sociales que den mayor margen de
maniobra al grueso de la población trabajadora [CASASSAS, MARJARIN, 2013]
El
garantizar la vida, el garantizar incondicionalmente un ámbito de la existencia
autónoma supone “articular vidas vivibles[CASASSAS,
2016]. Supone flexibilizar autónomamente la vida que nos permitan llevar tareas
distintas y acorde con nuestras necesidades a lo largo de nuestra vida. Aunque
esto pueda llevarnos a trabajos no remunerados.
Existen
otros proyectos de vida más allá de la coacción del trabajo asalariado. Esto lo puede proponer la economía social y solidaria (ESS)
que implementa un trabajo cooperativo que “empodera a las personas”. Es decir,
una nueva economía o más bien humanizar la economía.
Ahora
bien, será a partir de la aparición las Marchas
por la Dignidad cuando el movimiento de parados comienza a
autoorganizarseen los que se conoce por
las Mareas Básicas. Dicho movimiento
tiene como eje centra la Renta Básica como único medio de democratización de la
sociedad. Y esto es así porque “el
empleo está dejando de ser la puerta de entrada a la ciudadanía” y además se
piensa que “no es el trabajo lo que dignifica sino la existencia
humana”[CAÑADA, 2017]
La
etapa actual del neoliberalismo (neoliberalismo punitivo) nos hace a todos
dependientes endeudándonos y empobreciéndonos; ya que el paro forzoso y la
exclusión social nos adentran en una sociedad no ya de riesgo sino de
invisibilización de grandes masas. Por dicha razón las Mareas han trabajado en
la constitución de los que denomina el sujeto de la Renta Básica. Y aquí hay
que ver la experiencia de los Campamentos
Dignidad de Extremadura constituyendo este nuevo sujeto que permitan un
“empoderamiento popular”
La
experiencia de los Campamentos Dignidad
junto a las PAH y otros movimientos por los derechos sociales ha transcendido
la lucha por la Renta Básica. Es más,la Plataforma por la Renta Básica se ha
transformado den Movimiento por los
derechos sociales. Y el abanico reivindicativo no ha dejado de
enriquecerse, pues a partir de la lucha por la Renta Básica ha salido toda una
serie de derechos sociales: la pobreza energética, la exigencia de comedores
escolares o la reivindicación del acceso a la tierra.
La
experiencia de las Mareas y Campamento Dignidad es una experiencia que
construye pueblo, no muchedumbre. Pueblo significa lealtad y fraternidad, los
bienes materiales y empoderamiento de las clases populares.
La
Renta Básica es un derecho. Pero los derechos aspiran, por propia naturaleza
“el contradecir la dinámica expropiadora-desposeedora del capitalismo”
[CASASSAS, 2016). Y los derechos, aunque sean individuales, sólo se consiguen
de manera colectiva. Por dicha razón este nuevo sujeto es el pueblo, un
movimiento de comunidades de lucha por la Dignidad: Renta Básica
Javier Méndez-Vigo
Noviembre de 2017
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