Saturday, November 11, 2017

CIUDADANÍA, APOROFOBIA Y RENTA BÁSICA


* Comunicación presentada en el "CONGRESO INTERNACIONAL DE ÉTICA Y DEMOCRACIA" celebrado en Valencia.
Dicha comunicación es una base para un futuro artículo más amplio



INTRODUCCIÓN
A finales de los 90 terminaba mi tesis de licenciatura sobre la filosofía materialista de Diderot (dirigida por la profesora Adela Cortina). Mi camino filosófico caminaba hacia la Metafísica y/o Ontología. Sin embargo, esto dio un giro radical cuando mi directora de Tesina (que acabaría siendo directora de la Tesis Doctoral) me convenció para cambiar el camino. De pronto me vi trabajando sobre un “derecho” nuevo sobre el que sólo había publicado en el Estado español dos libros, de Fernández Iglesias y el otro de Daniel Raventós. Este derecho no era otro que el derecho a la Renta Básica.
Es en los años de discusión e investigación sobre el derecho a la Renta Básica, que aparece el artículo en El País (año 2000)de la profesora Adela Cortina sobre el término de Aporofobia ; artículo que nos permitía articular la investigación que precisamente en aquella época dirigía la profesora Adela Cortina. Hay que tener en cuenta que uno de los ejes de la Renta Básica radica en erradicar la lacra de la pobreza.
Precisamente el derecho a la Renta Básica permitía sentar las bases para acabar con la pobreza. Hay que tener en cuenta que a partir del último tercio del siglo XX vuelve a triunfar las coordenadas básicas de la teoría económica neoclásica. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando el pobre se siente excluido? ¿qué sucede cuando se le invisibiliza? Por último, acaso la pobreza no es algo consustancial al sistema económico dominante. Ya que si es así el pobre es una persona que pasa por una experiencia de injusticia que lo convierte en un no-ser, en invisible.
Si seguimos a E. MARTINEZ [2002] la aporofobia “sirve para nombrar un sentimiento confuso, y hasta ahora poco estudiado de rechazo al pobre, al desamparado, al que carece de salidas, al que carece de medios o de recursos”
¿Por qué la pobreza se ha convertido en la otra cara del bienestar? ¿A qué se debe que se haya transformado en “estructural? Pensamos que un “imaginario social” ha caído, desaparecido y ha hecho posible la pobreza estructural. Y es que la ciudadanía ha dejado de tener como referencia el trabajo.
CIUDADANÍA Y BIENESTAR
Ciudadanía va vinculada con la modernidad [MORENO MARQUEZ 2011]. Tal es la perspectiva liberal social que ha permitido hasta nuestros días el nexo entre individualidad y comunidad. Incluso para recordarlo dicha concepción proviene del mismo Kant, como indica Adela Cortina cuando nos dice que las bases de un Estado nacional se encuentra en una “constitución republicana que contenga la libertad, la igualdad y la independencia de un ciudadano [CORTINA 1997, 54].
Los derechos que se consiguen en la postguerra a partir del pacto keynesiano van a ampliar los derechos civiles a lo social
“A partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, en la mayoría de los países de la Europa Occidental la extensión y cobertura de los derechos sociales va a ampliarse sensiblemente. En un contexto como éste toma vital importancia el empleo asalariado y más concretamente la pauta de empleo fordista, ya que junto al nexo entre lo individual y lo colectivo, el empleo se va a convertir en la puerta de acceso y el garante de la dimensión social de la ciudadanía- derechos sociales-“[MORENO MARQUEZ 2011]
Con dicha cita constatamos que los derechos sociales nos permiten hablar de una ciudadanía social, que ha sido el basamento del Estado de bienestar. Por otro lado la ciudadanía social contiene límites y es contradictoria ya que “esta figura de ciudadanía representa desde el punto de vista histórico una conquista democrática, si bien dentro de ciertos límites” [BALIBAR, 2013, 23-14]
El Estado de Bienestar nace por tres razones [RAMOS, 2011]: a) por la seguridad económica, b) la reducción de la desigualdad económica y c) la eliminación o la reducción de la pobreza. Pero para que esto ocurra el Estado debe de intervenir para conseguir unos una serie de servicios universales y el mantenimiento de un nivel mínimo de vida, El problema es dilucidarsi el Estado de Bienestar tal como lo hemos conocido es un “estado justo”. Pues el Estado para cumplir con todas estas exigencias se ha convertido en un Estado protector. Por lo dicho habría que distinguir entre justicia y bienestar
El pacto  keynesiano de postguerra supuso una serie de derechos y una economía basada en la cogestión; lo cual hacia que se caminara hacia una sociedad de pleno empleo. El trabajador se encontraba en una situación “segura” donde podría ser subsidiado en caso de caer en paro técnico.
El caso español es fundamental para adentrarnos en la problemática actual. La década de los ochenta es la década del afianzamiento de nuestro Estado de Bienestar y de nuestra entrada en la Unión Europea y en el mercado internacional. Y la entrada en la Unión Europea se realiza en medio de una crisis económica y en el momento en que en Europa se produce una nueva “división social del trabajo”. Pero además en la década de los 80 es cuando se inicia en toda Europa el ataque a los derechos sociales por parte de lo que más tarde iba a ser el neoliberalismo. El principio de dicha política económica fue “quebrar lo que hasta entonces se conocía como salario diferido.
Para la perspectiva neoliberal el Estado del Bienestar sobraba ya que es un obstáculo para el mercado. Pues para el neoliberalismo “el mercado debe convertirse en el regulador supremo del orden social, sin interferencia ni perturbaciones de ningún tipo. El Estado debe limitarse a desempeñar las funciones básicas de las relaciones exteriores, la defensa y, por supuesto, el orden interno, con sus dosis necesarias de represión. El Estado no tiene ningún papel económico que cumplir, porque todos los problemas puede resolverlos la iniciativa privada, y porque las soluciones que aporta el mercado son indiscutible mejores (…) La función esencial del sector público es justamente garantizar el libre juego de las fuerzas del mercado”[MONTES, 1996, 43]
El Estado de Bienestar quiebra cuando las condiciones de su existencia han periclitado y fundamentalmente porque la ciudadanía social se hizo pasiva y dependiente de un megaestado protector y parternalista. Cuando el imaginario social desaparece y el enemigo externo abraza el capitalismo. El vacío lo ocupa un desempleo masivo que crea un paro de masas.
POBREZA Y EXCLUSIÓN
En 1988 la Revista Zona Abierta publica un monográfico sobre Un salario social mínimo (garantizado) para todos. En dicho monográfico nos encontramos con la aportación de P. Van Parijs y Robert J. van derVeen donde proponen por primera ve lo que hoy conocemos como Renta Básica, aunque la llaman subsidio universal
Pero si, por el contrario, la renta garantizada adoptara la forma de un subsidio universal, concedido incondicionalmente a todos los ciudadanos, los ciudadanos, las cosas cambiarían sustancialmente. Dado que los ciudadanos tendrían un derecho absoluto a este subsidio, cualesquiera que fueran sus ingresos de otras fuentes, comenzarían a obtener unos ingresos netos adicionales tan pronto como realizaran cualquier trabajo, por pequeño que fuera y por mal pagado que estuviera. [VAN PARIJS, 1988]
Ph. Van Parijs con su propuesta intenta salvar las distintas trampas por las que pasan las Rentas Mínimas. Hay que tener en cuenta el hecho de que en Europa para paliar la crisis implementan una política social basada en las Rentas Mínimas de Inserción (RMI). Dicha política aparece cuando el neoliberalismo asalta los cimientos del Estado del Bienestar y comienza a recortar derechos. Recortes que comienzan con distintas reformas que inciden en una política de ajustes basadas ya en aquella época en la Austeridad.
Van Parijs veía su propuesta como un elemento fundamental para la sociedad. Así en una entrevista llega a decir “sea en Bélgica o en Europa o en el mundo, es necesario tener una respuesta plausible, a la vez radical y realista, al doble desafío de la pobreza y del paro. No hay respuesta duradera a dicho desafío que no pase por una forma de asignación universal” [VAN PARIJS, 2013]
Hay que tener en cuenta que el neoliberalismo en aquella época comienza a transformar el mundo del trabajo. Con la excusa ideológica de que el trabajo estaba perdiendo su centralidad y de que nos acercábamos al “fin del trabajo”, en la práctica desde una “contractualidad central” se desregulaba el mercado de trabajo y se sustituía la seguridad por la “flexibilidad en el empleo
Desde los distintos gobiernos neoliberales o social-liberales (en España) se sigue esta línea que con conllevaron “distintas reformas del mercado laboral orientadas a flexibilizar la contratación y los tiempos de trabajo, a debilitar la capacidad negociadora de los trabajadores y de sus representantes, incluso a penalizar la actividad sindical y el derecho de huelga” [ALÓS Y JÓDAR 2016]
El capitalismo soluciona sus crisis mediante el paro y la pobreza. Pero partimos de un hecho concreto que no es otro de que el desempleo es consustancial a la economía capitalista: “la desocupación es esencial al capitalismo porque la masa de desocupados constituye el límite de las pretensiones salariales de los obreros ocupados. Recrear una masa de desocupados es esencial para dividir a la clase obrera y dominarla” [SARTELLI, 2014, 298].
La pobreza cuando se convierte en estructural deviene en patología social. Hoy cuando ya algunos economistas nos dicen que el pleno empleo ya no volverá, que el único empleo será precario hay que buscar nuevas salidas. Pero realmente ¿qué es la pobreza? Si seguimos a Adela Cortina veremos que en principio
“La pobreza es carencia de los medios necesarios para sobrevivir, pero no solo eso. En este libro adoptaremos la caracterización de Amartya Sen, según la cual la pobreza es falta de libertad, imposibilidad de llevar a cabo los planes de vida que una persona tenga razones para valorar” [CORTINA, 2017, 43]
Pobreza es “falta de”, sobre todo falta de condiciones materiales para existir. Por tanto, la pobreza al carecer de dichas condiciones y a la falta de empleo puede llevar a la discriminación. Por otra parte, el sistema económico en este comienzo de siglo ha dado una vuelta de tuerca no s encontramos con el subempleo o con la figura de los trabajadores pobres, que para sobrevivir necesitan más de un empleo. Cuando hablamos de carencia queremos expresar tres características:
Falta de tener: expropiación de los medios de producción y consumo, rentas insuficientes o irregulares, ausencia de reserva de patrimonio.
Falta de poder: ausencia de dominio sobre las condiciones materiales e institucionales de su situación, precariedad y dependencia institucional que resulta, fragilidad de las redes de socialización, a menudo limitadas a la familia, ausencia de capacidad política.
Falta de saber: no solamente descalificación escolar, sino fundamentalmente incluso la débil capacidad de simbolizar, de construirse una representación coherente del mundo. [BHIR Y PFEFFERKORN, 2015]
Las políticas económicas actuales no sólo excluyen a los pobres, sino que el neoliberalismo los criminaliza. Ser pobre es un delito en nuestras sociedades. Sociedades en las que gracias al trabajo precario ha aparecido las infraclases que conlleva la persistencia de pobreza urbana y como consecuencia a la exclusión social que aparece cuando los individuos no tienen garantizado sus derechos. Cuando una sociedad desvía lo público a la intervención privada y por tanto desaparecen todos los programas de ayuda pública es una sociedad enferma
La sociedad neoliberal ha hegemonizado un lenguaje y una cultura que “ha conseguido negar la existencia de la clase trabajadora” y utiliza la terminología de “dentro” y “fuera” del sistema. Con lo que introduce el término de “clase marginada” para los de fuera como “clase inferior”. Este discurso integra dos procesos fundamentales en la estructuración social que permiten la criminalización de la pobreza: la intensificación del Estado penal y la disminución del Estado social [TORRE, 2015]
La pobreza es “falta de libertad”. ¿Es posible erradicarla? Pues erradicarla, como dice Adela Cortina es un deber de justicia. ¿Es posible erradicarla mediante el derecho a la Renta Básica?. Hay que decir que la propuesta de Van Parijs nos lleva a un modelo débil. Van Parijs, parte del principio de diferencia de Rawls. Desde nuestra perspectiva es necesaria una concepción de la Justicia más radical [MÉNDEZ-VIGO 2006, 293-304]
Por nuestra parte trabajamos desde la perspectiva de un modelo fuerte de la Renta Básica que no es otro que el republicano.
¿Qué entendemos por Renta Básica desde el punto de vista republicano? “La RBU es una asignación monetaria incondicional a toda población. Sin condiciones. La diferencia fundamental con las asignaciones monetarias públicas condicionadas que hemos conocido (rentas de inserción, subsidios a la pobreza, subsidios de desempleo…) es que para recibir estas últimas se precisa de alguna condición: estar en el paro, no llegar a determinado nivel de renta… La RBU es incondicional, como el derecho al sufragio universal más allá donde existe, sin condiciones: hombre o mujer, rico o pobre, heterosexual, católico o ateo…”[RAVENTÓS 2015]
RENTA BASICA Y MOVIMIENTOS SOCIALES
Desde el republicanismo no se puede hablar de ciudadanía sin tener en consideración las condiciones materiales de los ciudadanos. Por tanto sería necesario la “independencia material de los ciudadanos ya que “esta independencia material otorga a los individuos el poder de negociación para poder llevar a cabo de forma efectiva los planes de vida propios y, de este modo, evitar la posibilidad de quedar convertido en meros instrumentos de terceros”.[RAVENTÓS, CASASSAS, 2003]
En última instancia Raventós parte del concepto de libertad como no- dominación que recoge del republicanismo histórico mediante lo cual “alguien es libre si no depende de otro para vivir” Desde el republicanismo la “ciudadanía plena no es posible sin independencia material o sin un “control” sobre el propio conjunto de oportunidades así concretado”[RAVENTÓS 2007, 77] Nadie puede ser libre sino tiene las condiciones materiales de existencia. Como bien dice Adela Cortina, la pobreza es, a fin de cuentas falta de libertad [CORTINA, 2017,129]
¿Cómo conseguir la Renta Básica? Desconfiando del parlamentarismo ya que las veces que ha llegado la propuesta a cualquier Parlamento dicho derecho termina degradándose hasta quedar convertido en una Renta Garantizada o en un nuevo tipo de subsidio. Sólo desde la sociedad civil [MÉNDEZ-VIGO 2013, 1997 y ss] es posible sentar los cimientos para para conquistarlo.
La Renta Básica ha entrado de lleno en los debates de los movimientos sociales y de la sociedad civil. Desde el 15M en las plazas se implementa una alternativa. Dentro de dicha alternativa la Renta Básica es una propuesta más. Ya no es cuestión de economistas de escuelas o de pensadores. La Renta Básica se convierte en una propuesta para “democratizar la vida”. Ahora bien, la Renta Básica no es más ni menos que un derecho, no una política económica. Un derecho que sirve para erradicar la pobreza.
Hay que tener en cuenta que desde la ruptura unilateral del pacto keynesiano por parte del neoliberalismo el capitalismo ha construido un nuevo “espacio geográfico” que ha supuesto el desmantelamiento de la protección social y del bienestar que se une a la incapacidad del mercado de trabajo para ofrecer un trabajo digno y salarios suficientes. Lo que se ha instaurado es el trabajo precario que al final ha precarizado la vida. Por eso:
En este contexto, observamos en la emergencia de la renta básica entre movimientos sociales y políticos de muy distinta índole el intento, por parte de las clases populares desposeídas por el giro neoliberal del capitalismo, no ya de recuperar el terreno perdido en los últimos años, sino de superar las instituciones básicas de los regímenes tradicionales para construir nuevos consensos sociales que den mayor margen de maniobra al grueso de la población trabajadora [CASASSAS, MARJARIN, 2013]
El garantizar la vida, el garantizar incondicionalmente un ámbito de la existencia autónoma supone “articular vidas vivibles[CASASSAS, 2016]. Supone flexibilizar autónomamente la vida que nos permitan llevar tareas distintas y acorde con nuestras necesidades a lo largo de nuestra vida. Aunque esto pueda llevarnos a trabajos no remunerados.
Existen otros proyectos de vida más allá de la coacción del trabajo asalariado. Esto lo puede proponer la economía social y solidaria (ESS) que implementa un trabajo cooperativo que “empodera a las personas”. Es decir, una nueva economía o más bien humanizar la economía.
Ahora bien, será a partir de la aparición las Marchas por la Dignidad cuando el movimiento de parados comienza a autoorganizarseen  los que se conoce por las Mareas Básicas. Dicho movimiento tiene como eje centra la Renta Básica como único medio de democratización de la sociedad. Y esto es así porque  “el empleo está dejando de ser la puerta de entrada a la ciudadanía” y además se piensa que “no es el trabajo lo que dignifica sino la existencia humana”[CAÑADA, 2017]
La etapa actual del neoliberalismo (neoliberalismo punitivo) nos hace a todos dependientes endeudándonos y empobreciéndonos; ya que el paro forzoso y la exclusión social nos adentran en una sociedad no ya de riesgo sino de invisibilización de grandes masas. Por dicha razón las Mareas han trabajado en la constitución de los que denomina el sujeto de la Renta Básica. Y aquí hay que ver la experiencia de los Campamentos Dignidad de Extremadura constituyendo este nuevo sujeto que permitan un “empoderamiento popular”
La experiencia de  los Campamentos Dignidad junto a las PAH y otros movimientos por los derechos sociales ha transcendido la lucha por la Renta Básica. Es más,la Plataforma por la Renta Básica se ha transformado den Movimiento por los derechos sociales. Y el abanico reivindicativo no ha dejado de enriquecerse, pues a partir de la lucha por la Renta Básica ha salido toda una serie de derechos sociales: la pobreza energética, la exigencia de comedores escolares o la reivindicación del acceso a la tierra.
La experiencia de las Mareas y Campamento Dignidad es una experiencia que construye pueblo, no muchedumbre. Pueblo significa lealtad y fraternidad, los bienes materiales y empoderamiento de las clases populares.
La Renta Básica es un derecho. Pero los derechos aspiran, por propia naturaleza “el contradecir la dinámica expropiadora-desposeedora del capitalismo” [CASASSAS, 2016). Y los derechos, aunque sean individuales, sólo se consiguen de manera colectiva. Por dicha razón este nuevo sujeto es el pueblo, un movimiento de comunidades de lucha por la Dignidad: Renta Básica
Javier Méndez-Vigo
Noviembre de 2017
  
BIBLIOGRAFÍA
LIBROS
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ARTICULOS
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